La trampa del positivismo tóxico - Psicólogo en Manizales
El positivismo tóxico se caracteriza por una tendencia a minimizar o ignorar los sentimientos y emociones que no encajan en la imagen ideal de la felicidad y la positividad. En lugar de abordar estos sentimientos de manera saludable y constructiva, se les considera como algo negativo que debe ser eliminado o reprimido.
Este enfoque puede llevar a la negación de la realidad y a la invalidación de las emociones y experiencias de los demás. Por ejemplo, una persona puede sentirse triste o ansiosa por un evento traumático, y si alguien le dice que "solo piense en cosas positivas" o "no se preocupe tanto", puede sentirse incomprendida y no escuchada.
El positivismo tóxico también puede poner una carga injusta en las personas que luchan con problemas de salud mental o emocional. Las personas que sufren de depresión o ansiedad pueden sentirse aún más aisladas y avergonzadas cuando se les dice que simplemente deben "pensar positivamente".
Además, el positivismo tóxico puede llevar a la culpa y la autocrítica en aquellos que no pueden cumplir con las expectativas poco realistas de la felicidad constante. Las personas pueden sentir que están fallando o que hay algo fundamentalmente mal en ellas si no pueden mantener una actitud positiva en todo momento.
En lugar de adoptar el positivismo tóxico, es importante abrazar la idea de la flexibilidad psicológica. La flexibilidad psicológica se trata de aceptar y manejar los desafíos y dificultades de la vida de manera saludable y constructiva. Esto significa permitirnos sentir y expresar una amplia gama de emociones, incluso las negativas, sin juzgarnos a nosotros mismos o a los demás.
La flexibilidad psicológica también implica buscar ayuda y apoyo cuando sea necesario, y aceptar que la vida no siempre es perfecta o fácil. En lugar de negar los desafíos y dificultades, podemos aprender a enfrentarlos con fuerza y compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Jefferson Bastidas Mejía
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