Biodecodificación emocional, Biosanación emocional ¿Pseudoterapias peligrosas? - Psicólogo en Manizales
Hace poco me topé en internet con una entrevista realizada en la Wradio a una mujer que se autodenomina “psicoterapeuta” y “biosanadora emocional”. Tengo que decir que me dejó preocupado el abordaje periodístico que hicieron sobre temas de salud mental con un estilo de farándula, muy al estilo del documental El Secreto.
Todos sabemos que la Wradio es un medio de comunicación con una gran cobertura nacional e internacional y es una fuente razonablemente confiable en temas políticos y económicos. Pero en entrevistas como esa se olvida que la salud mental también se debe abordar con la misma rigurosidad con que se hace los temas políticos y económicos, y no presentando pseudoterapias donde hablan personas que se autodenominan “psicoterapeutas” o de manera parecida. Hasta el momento no he escuchado que en la Wradio inviten a la Negra Candela a realizar un análisis de la situación política y económica del país. ¿Por qué razón los temas de salud mental sí los puede abordar cualquiera?
Pero comencemos definiendo términos: ¿qué es una pseudoterapia?
Una pseudoterapia es una práctica que se presenta como tratamiento o como una terapia médica o psicológica, pero que carece de una base científica sólida y no ha sido demostrada como efectiva mediante estudios clínicos rigurosos (especialmente a nivel de meta-análisis). En otras palabras, es una práctica que no tiene respaldo científico y que por lo tanto no ha sido validada por la comunidad científica.
¿Qué es un psicoterapeuta?
Primero hay que decir que en Colombia la profesión de psicoterapeuta no existe. Un psicoterapeuta es el ROL que ejerce un Psicólogo o Psiquiatra cuando hacen psicoterapia. Estas son las dos únicas profesiones en nuestro país autorizadas para hacer psicoterapia.
La biodecodificación emocional y la biosanación emocional son prácticas que buscan, supuestamente, tratar enfermedades físicas a través de la liberación de emociones reprimidas y la resolución de conflictos emocionales. Ambas prácticas se presentan como alternativas a la medicina convencional, pero a menudo se consideran pseudoterapias debido a la falta de evidencia científica rigurosa que respalde sus supuestos conceptuales y metodología.
La biodecodificación emocional se basa en la idea de que los síntomas físicos son una forma en que el cuerpo expresa emociones reprimidas y conflictos internos. Según esta práctica, los conflictos emocionales no resueltos pueden ser identificados mediante técnicas de interpretación simbólica de enfermedades y síntomas, y trabajados en su resolución.
Por otro lado, la biosanación emocional se enfoca en la conexión entre las emociones y la salud física, y sugiere que liberando las emociones reprimidas y resolviendo conflictos emocionales se puede restaurar el equilibrio emocional y físico del cuerpo. Las técnicas utilizadas en la biosanación emocional pueden incluir la meditación, la respiración consciente, la visualización, la terapia de procesamiento emocional y la terapia corporal.
En realidad, algunos de estos conceptos, estrategias y técnicas se abordan en la psicoterapia tradicional, el problema aquí es el contexto en el cual es trabajado. Un ejemplo es el Mindfulness. Una cosa es abordar este tema después de realizar un curso de coaching y otra es trabajar Mindfulness en el contexto de terapias validadas científicamente como la Terapia de Aceptación y Compromiso o la Terapia Dialéctico Conductual, con la adición de una formación conceptual de base y experiencia de años en el ejercicio de la psicología.
Otro problema es que ambas prácticas se basan en la idea de que la enfermedad física tiene su origen en conflictos emocionales no resueltos. Es cierto que existen enfermedades psicosomáticas, pero ellas deben ser solo tratadas por un profesional en salud mental. La mayoría de las enfermedades tienen causas multifactoriales complejas que van más allá del ámbito emocional. El contexto es clave al momento de entender lo que nos pasa. Si no fuera así no se podría identificar, por ejemplo, las enfermedades de origen laboral.
Enfatizando la idea, vemos que la metodología de diagnóstico utilizada en la biodecodificación emocional es problemática. Se basa en técnicas de interpretación simbólica de enfermedades y síntomas, lo que carece de una base científica sólida y puede conducir a interpretaciones subjetivas y sesgadas por parte del “terapeuta”. Además, estos “diagnósticos” suelen ser vagos y ambiguos, lo que dificulta su verificación y validación.
Como mencionamos anteriormente, la falta de regulación profesional es otro problema importante en ambas prácticas. Cualquier persona puede llamarse a sí misma un "biodecodificador" o un "terapeuta de biosanación" (así como cualquiera se autodenomina coach) sin tener una formación o certificación específica en salud mental. Esto puede conducir a la práctica inadecuada o insegura de técnicas terapéuticas y poner en riesgo la salud de las personas.
Recordemos que estas prácticas promueven la idea de que los conflictos emocionales son la raíz de las enfermedades físicas, lo que puede llevar a las personas a abandonar tratamientos médicos científicamente respaldados. Este riesgo potencial de sustituir tratamientos médicos adecuados es especialmente peligroso en casos de enfermedades graves como el cáncer.
Además, ambas prácticas pueden ser costosas y consumir mucho tiempo, lo que puede llevar a personas a gastar grandes cantidades de dinero y tiempo en terapias que no han demostrado ser efectivas.
Otros problemas con ambas prácticas incluyen el sesgo de confirmación, la falta de replicabilidad, la falta de control de variables, el uso de lenguaje pseudocientífico y el riesgo de explotación de personas vulnerables y desesperadas que buscan una solución rápida para sus problemas de salud.
La invitación es primero, a los medios de comunicación a que aborden los temas de salud mental con la misma rigurosidad con que manejan los temas políticos y económicos, y en segundo lugar, a las personas que tengan alguna problemática emocional a buscar un profesional de la salud mental con todo el reconocimiento legal y experiencia para tratar estos temas.
Jefferson Bastidas Mejía
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